Verdú Vicente.
Nació en Elche en 1942. Se
doctoro en ciencias sociales por la Universidad de la Soborna y es miembro de
la fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribe regularmente en el
país, diario en el que ha ocupado los puestos de jefe de opinión y jefe de
cultura.
Su primer libro fue editado
en Anagrama en 1971 titulado “si usted
no hace regalos le asesinaran” y en 1996 obtuvo el premio Anagrama de ensayo.
Un año después obtuvo el premio Gonzales-Ruano de periodismo y un año mas tarde
en 1998 el premio Nacional de Periodismo “Miguel Delibes”
Verdú ha sido reconocido por su
labor como columnista en las que no ataca la realidad inmediata y periodística
sino la actualidad larga e inmóvil, la costumbre como una resonancia magnética
de usos y personas.
La época sin prestigio
Hoy
en día a juicio de la generación adulta, la sociedad aparece vencida por la
complacencia del consumo y la trivialidad de los medios de comunicación.
Se
podrían citar cientos de cosas acerca de la sociedad actual marcada por una
gama inmensa de tecnologías y de perfumerías, de karaokes, tiendas ropa, chats,
teléfonos que hacen fotos, centros comerciales, etc.
Pero
habría que pensar..¿y si la sociedad del consumo no significa otra cosa más que
el nacimiento de una cultura que aún no conocemos?
Según
Verdù, toda sociedad ha devastado la cultura precedente. Ahora la cultura del
consumo se encuentra a punto de exterminar la cultura ilustrada, entonces
podemos afirmar que se asoma un sujeto protagonista: el sujeto consumidor.
Al
superindividualismo de los años 90 sigue ahora un personismo que supera el
repetido deseo de los objetos y busca el trato con los demás como sujetos y
objetos a la vez, como nuevos objetos de lujo.
Estamos
señores, ante una nueva cultura correspondiente a la etapa del capitalismo de
ficción. En donde la cultura se confunde con la escena , el espectáculo, el
entretenimiento de todos los días.
La
misión de la sociedad del consumo tiene como misión proveer de placeres sin
tregua y como destino primordial la diversión hasta morir. La cultura del
consumo no ha prosperado con la penitencia del trabajo sino con la fiesta sin
fin.
Ahora,
habría que aclarar que el hecho de que la cultura pierda profundidad no implica
que también pierda conocimiento, capacidad de instrucción y de sentido critico
. El autor del capitalismo es sobre todo comunicador.
Si
bien, con esto nos referimos a que en pocas palabras, hoy, la cultura no es
sagrada sino popular, lo podríamos incluso en el cine, un cine lleno de códigos
que rara vez coincidirían con historias demandadas a libros de catedráticos
importantes. Esos días, la parecer, se terminaron.
La
celebración de películas llenas de efectos especiales por parte de la juventud
no es conciencia directa de que los jóvenes no saben nada, es mas bien que los
jóvenes saben algo que los adultos, que aun no alcanzan a percibir la nueva
sociedad, no pueden ver y esto se traduce en algo como ver el cine con el canon
de la imagen y el sonido, sin la expectativa de recibir estímulos morales o
intelectuales, sino con la sola idea de pasar un buen rato.
Llevemos
esto a un plano mas universal, literalmente hablando…el planeta Tierra, este
que usted y yo habitamos en este momento ya no posee una imagen esférica, el
planeta se ha aplanado a la vez que se ha hecho transitable para los turistas,
para las embestidas del libre comercio…hoy las cosas ocupan 10 veces menos que
sus eventuales semejantes de hace treinta años y cada vez son mas livianas, se
ven menos y su precio tiende a cero.
Aterricemos
en un aspecto importante en la vida de ser humano: la educación. Hoy en dia, no
se aprende mediante largos discursos sino por instantáneas que el cerebro se
encargara de asociar. Ser sabio equivale a contar con un amplio punto de vista
a partir del cual se elige el bien sobre un plano…fotografiándolo.
Ahora
el fin no es almacenar objetos o conocimientos, basta con mantener la red.
Nuestros
antepasados debían memorizar la iliada, pero hoy la memoria esta ligada a
internet y a las enciclopedias..si, pero las instantáneas.
Ahora
bien, a una baja calidad de trabajo correspondería naturalmente una baja
calidad de ocio, pero por otra parte, hablar de calidad en la cultura carece de
sentido puesto que hoy en día como se ha venido explicando, la cultura es lo
que hay.
Con
algunos de los hijos del 68 concluye la era de la cultura basada en el código
escrito, el los formatos literarios, en el pensamiento profundo. Las ideas de
la nueva cultura se han transformado (y todavía está en proceso) en
sensibilidad, imaginación y creaciones para el entretaiment. Es decir, en el
contexto del anterior capitalismo de producción la lectura era esencial, servía
para creerse rico son gastar …era algo así como ser un viajero sin tomar el
tren. Antes la lectura lo enseñaba y lo curaba todo y terminaba incluso
conduciéndonos a la revolución.
Lo
cierto es que leer un libro es siempre seguir una historia prefigurada mientras
que por ejemplo, el videojuego imita fielmente el avatar de la vida. El
videojuego requiere acción constante, el libro se presenta como un ocio pasivo,
con el videojuego se es protagonista de la intriga, del enredo mientras que con
el libro solo se contempla lo que vaya pasando.
Es verdad que los jóvenes son menos capaces de leer un libro pero más
vertiginosos y perspicaces en la interpretación de superficies promiscuas,
físicas y virtuales o, ambas cosas a la vez.
¿Cómo
hacer que los jóvenes lean más?
En
Francia una comisión parlamentaria presento en abril del 2005 un informe sobre
la reforma de la educación secundaria que pretendía acercar a los jóvenes a
nuestra época. Dicha reforma tenía como objetivo construir el conocimiento
mediante un surtido de materias indispensables para formar lo que ellos
llamaban “el hombre honesto del siglo
XXI”. Dichas materias comprenderían el dominio de la lengua propia y la
capacidad para utilizarla como instrumento de socialización, una competencia
más consistía en saber trabajar en equipo y cooperar con el otro y para
terminar según la reforma, habría que forjar un espíritu crítico para analizar,
valorar y escoger referencias que sitúen al alumno en la sociedad.
Esta
nueva cultura implica que ningún maestro será capaz de empezar de atrás sin que
los alumnos duerman continuamente. Si a los jóvenes consumidores de nacimiento
no se les toma en cuenta como tales, ellos no tendrán en cuenta a sus maestros,
más bien descubrirán que sus profesores no saben.
Con
lo anterior se tiene que “los planes de estudio
pierden cada año, cada mes, cada segundo tiempo y oportunidad para
actualizarse, los alumnos se aburren, fracasan y una cuarta parte de los
universitarios entre los 20 y 24 años abandonan” Verdú V.
¿Qué
hacer?
Los
mismos videojuegos que los adultos asocian a lo peor, están empezando a ser
parte de las estrategias de aprendizaje en Estados Unidos ….el punto es que si
asi casi medio siglo el cine, la novela, el comic se integraron en el paquete
intelectual ¿Por qué no habrá de hacerlo ahora la publicidad, el videojuego, el
videoclip, el hip-hop, el diseño?
Son
mas que necesarias las conexiones entre universidad y empresa, cultura
científica y humanidades, es importante incorporar al conocimiento los mass
media, la tecnología de las comunicaciones, el consumo, la ecología, la ética,
el sentido de la vida y de la muerte.
Referencias.
Verdú V. (2005). La época sin prestigio. La
cultura sin culto y la formación sin formación. Yo y tú, objetos de lujo. Barcelona, Debate 13-56.
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