Frederic Munné
Licenciado en filosofía y letras y licenciado en derecho, por
la Universidad de Barcelona, técnico en publicidad y en Relaciones Públicas.
Profesor émerito y catedrático en la facultad de psicología,
profesor en las Facultades de Derecho, de
Medicina, de Ciencias Económicas y Empresariales, Filosofìa y Letras, de
Filosofìa y Ciencias de la Educación, así como en diversos Masters de la misma
Universidad, habiendo dirigido un Master sobre Ciencias del Consumo.
Ha impartido diferentes conferencias magistrales en diversos
congresos e instituciones, ha sido presidente de la Societat Catalana de Psicología Social y miembro del Instituto de
Psicología y Sociología Jurídicas, de la Sociedad Española de Psicología y de
la European Association of Experimental Social Psychology.
Actualmente, trabaja en una epistemología crítica del comportamiento social
basada en el pluralismo teórico y en la aplicación del paradigma de la
complejidad (teorías del caos, fractales y lógica borrosa) a las ciencias
sociales.
Las teorías de la complejidad y sus implicaciones en las ciencias del
comportamiento.
La
ciencia pretende acercarse a la realidad, en sus diversas manifestaciones y sin
reducirla en su complejidad. Podemos decir que la Psicología al verse envuelta
en el estudio de la conducta y de los procesos mentales, entre esta interacción
de pensamientos, medio ambiente, sentimientos, entre otros, se vuelve un
enfoque muy importante dentro de estas ciencias de la complejidad, donde los
conceptos como Fractalidad, Borrosidad, Caoticidad y Teoría de las Catástrofes,
ayudan a explicar el comportamiento de los individuos y de los grupos sociales.
Mucho
tiempo se han separado las ciencias duras de las que llamamos humanas, pero al
aplicarse éstas, directamente en la naturaleza, afectan a estas ciencias del
comportamiento o sociales, estas teorías que nos presenta el autor, abren nuevas
vías al conocimiento para el análisis de éstas.
La
primer teoría, quizá la más discutida, es la de los fractales, que nos dice que
todo sigue un patrón, podrá una una sociedad fragmentarse en individuos pero
que seguirán un patrón, la realidad humana no es dicotómica, sino más bien es
una indeterminación entre puedes o no estar. Por ejemplo los fenómenos
psicológicos van desde conductas imitativas por procesos de enculturación y de
socialización.
La teoría de los conjuntos
borrosos, se basa en la lógica aristotélica y el álgebra de Boole. Donde nosotros
tendemos a cuantificar las actitudes, sin embargo esto nos lleva a
reduccionismos dado que las actitudes son bastante subjetivas. Podemos pertenecer
entre uno y otro conjunto, porque las fronteras entre uno y otro conjunto son
borrosos.
Por ejemplo los escritos de Marx
con Engels en el Manifiesto Comunista, donde sostiene una lucha entre burguesía
y proletariado, presentando una visión radical de las clases polarizadas y sin
embargo cuando Marx hace su análisis sociológico e histórico, diferencia hasta
más de siete clases sociales.
Esto en las ciencias humanas nos
permite reconocer que los conceptos más usados como los de cognición, emoción,
inteligencia, mente, grupo, clase social, control social, opinión pública,
institución social, entre otros son esencialmente borrosos. La investigación
social se ha topado con problemas en cuanto a esta borrosidad, que ha tomado
medidas reduccionistas operativas, como lo son las escalas tipo lickert.
La teoría de las catástrofes
describe los cambios repentinos que ocurren en un sistema sin prejuicio de su
estabilidad o continuidad, y logra mantenerse por maniobras, es decir que no
todo es lineal y si es necesario se tiene que tomar una alternativa sin
distorsionar la naturaleza del mismo. Algunos autores como Christopher Zeeman (1977)
ha hecho de esta teoría descriptiva, una teoría predictiva aplicada a la
comprensión de comportamientos sociales, tanto animales como humanos, como, los
motines en las cárceles, las reacciones de la Bolsa de valores, hasta los
conflictos internacionales.
En la psicología social ha
contribuido a esclarecer los procesos de toma de decisiones bruscas, atribuidas
al proceso de socialización donde forman parte de la personalidad del individuo
y de la sociedad.
Las teorías del caos, lo
inesperable, quizá una determinabilidad formulable únicamente matemáticamente,
aquí entra la sensibilidad, donde una pequeña causa puede llegar a producir un
gran efecto. David Ruelle y el holandés Floris Takens coincidieron con
Lorenz en que este caos tenía un atractor extraño y que a través de él podía
representarse ese comportamiento diferente del sistema.
En la psicología social se pone
como ejemplo que las actitudes son esos atractores que pueden llevar al caos,
dentro de un contexto específico.
Los
comportamientos de nosotros los humanos, son verdaderamente complejos que es
difícil saber las verdaderas intenciones que subyacen a estos, gracias a las
aproximaciones de la ciencia, es como podemos ir entendiendo estos procesos, es
importante que el futuro no esté en una visión dicotomizada del panorama
científico en general, que el conocimiento del mundo natural y el humano es un
mismo tipo y no dos diferentes.
Referencia:
Munné, Frederic, (1995). Las
teorías de la complejidad y sus implicaciones en las ciencias del
comportamiento. Revista Interamericana de Psicología 1995, 29, 1, 1-12.
Universidad de Barcelona
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