Pierre
Bourdieu (Denguin,
1930 . París, 2002)
Fué
uno de los sociólogos más relevantes del siglo XX. Su trabajo se centró en los
ámbitos de la sociología de la cultura, la educación, los medios de
comunicación y los estilos de vida. Ejerció como profesor en Francia y Argelia.
Fue director de la École Practique de Hauts Études y del Centro de Sociología
Europea, y Catedrático de Sociología en el College de France desde 1981.
Dirigió la revista Actes de la Recherche en Sciences Sociales entre 1975 y 2002, y fue
unos de los fundadores de la editorial Liber-Raisons d'agir. En 1989 obtuvo el
nombramiento de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Berlín y, en 1996,
por la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt. Durante su estancia en
Argelia entre 1958 y 1960 comenzó las investigaciones que fundamentarían sus
posteriores obras de crítica social.
Sobre la televisión
“Ser es ser visto”...
La televisión pone
en muy
serio peligro a las diferentes esferas de la producción cultural: arte,
literatura, ciencia, filosofía, derecho.
En general no se puede
decir gran cosa en la televisión y si esto es cierto, entonces ¿Por qué no
abstenernos de utilizarla como medio de expresión? ¿Por qué la gente hace lo posible por salir
en televisión? Al aceptar participar sin preocuparse por saber si se podrá
decir alguna cosa, se pone claramente de manifiesto que no se está ahí para
decir algo, sino por razones completamente distintas particularmente para
dejarse ver y ser visto.
Para algunos filósofos
ser es ser visto en televisión, es decir, ser visto por los periodistas, estar
bien visto por los periodistas, eso es ser.
De este modo la pantalla del
televisor se ha convertido hoy en dia es una especie de un lugar de exhibición
racista.
Ahora bien, no se trata
de condenar ni combatir a los periodistas, se trata de asociarlos a una
reflexión orienta a la búsqueda de los medios para superar las amenazas de
instrumentalización.Si bien, es cierto que es importante hablar por televisión
pero en determinadas condiciones, aparecer en ella puede constituir una especie
de deber, a condición claro de que sea en condiciones razonables
La televisión es un
instrumento que teóricamente ofrece la posibilidad de llegar a todo el mundo,
pero el acceso a la televisión tiene como contrapartida una formidable censura,
una pérdida de autonomía que está ligada a que el tema es impuesto, a que las
condiciones de la comunicación son impuestas y sobre todo, a que la limitación
del tiempo impone al discurso tantos inconvenientes que resulta poco probable
que pueda decirse algo.
Esta censura tiene algo
de intervenciones políticas pero también económicas, podría decirse que lo que
pesa sobre la televisión es la coerción económica. Pero aun reconociéndolo, no
podemos limitarnos a decir que lo que
sucede en la televisión está determinado por las personas a las que pertenece,
por los anunciantes que pagan la publicidad o por el estado que otorga las
subvenciones y cuanto mejor se entiende cómo funciona más se comprende también
que las personas que intervienen en esto son tan manipuladoras como manipuladas.
Incluso, a menudo, manipulan más cuando mas manipuladas están y más conscientes
son de estarlo.
Algunos mecanismos que
hacen que la televisión ejerza una forma particular de violencia simbólica.(violencia
que se ejerce con la complicidad tacita de quienes la padecen y también de
quienes la practican en la medida en que unos y otros no son conscientes de
padecerla o de practicarla) son la
sangre y el sexo, el drama y el crimen que casi siempre se han vendido bien. Una parte de
la acción simbólica de la televisión consiste en llamar la atención sobre unos
hechos que pos su naturaleza pueden interesar a todo el mundo. Es lo que el
autor llama “la crónica de sucesos” que es una especie de sucedáneo elemental,
rudimentario, de la información porque interesa a todo el mundo. Ahora bien, en
la televisión el tiempo es un producto que es escaso y si se emplean unos minutos
tan valiosos para decir unas cosas tan fútiles, tiene que ser porque esas cosas
tan fútiles son en realidad muy importantes, en la medida en que se ocultan
cosas valiosas.
Como sabemos, hay un
sector muy importante de la población que no lee el periódico, que está atado
de pies y manos a la televisión como fuete única de información. La televisión
posee una especie de monopolio pero al privilegiar los sucesos tan escasos de
razón, se dejan de lado las noticias pertinentes que debería conocer el
ciudadano para ejercer sus derechos democráticos.
Otro talento de la T.V
es que puede ocultar mostrando y lo hace cuando muestra algo distinto de lo que
tendría que mostrar. La televisión aparte de esto incita al a dramatización,
escenifica en imágenes, y exagera su importancia, su gravedad.
Los peligros inherentes a la utilización cotidiana de la
televisión resultan de que la imagen posee la particularidad de producir lo que
los críticos literarios llaman el efecto de realidad, puede mostrar y hacer
creer lo que muestra. Este poder es capaz de provocar fenómenos de movilización
social, lo incidentes cotidianos pueden estar preñados de implicaciones
políticas es por ello que hoy en día vemos cada vez más que el mundo social
esta descrito y prescrito por la televisión, la cual se convierte en el árbitro
del acceso a la existencia social y política.
“Somos mucho menos
originales de lo que creemos” Bourdieu
Y asi, para saber lo
que uno va a decir hay que saber lo que han dicho los demás. Existe un vínculo
ente el pensamiento y el tiempo y uno de los mayores problemas que plantea la televisión
es el de las relaciones entre el pensamiento y la velocidad, la televisión
condena a contar con fast thinkers, pensadores que piensan más rápido que su
sombra.
.
De esto se concluye que la televisión es un
instrumento de comunicación muy poco autónomo y demasiado controlado. En la
actualidad la televisión ha llevado a su extremo, a una contradicción que se
refleja entre las contradicciones económicas y sociales en las que hay que
estar situado para poder producir un determinado tipo de obras.
“somos títeres de la
divinidad” Platón
La televisión es un universo
en el que se tiene la impresión de que los agentes sociales por más que
aparenten importancia, autonomía, son títeres de unas exigencias que hay que
descubrir, de una estructura que hay que liberar y sacar a la luz.
Referencia.
Bourdieu P. (1996)
Sobre la televisión. Barcelona: Anagrama, 9-65.
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