Umberto Eco
Nació en el norte
de Italia.
Se doctoró en Filosofía y
Letras en la Universidad de Turín en
1954 con un trabajo que publicó dos años más tarde con el título de El problema
estético en Santo Tomás de Aquino (1956).
Ha sido profesor
de diversas universidades, crítico literario, semiólogo y comunicólogo. Creador
de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa académica solo para
licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura universal. También
cofundó en 1969 la Asociación Internacional de Semiótica, de la que es
secretario.
En 1980 se
consagró como narrador con El nombre de la rosa, novela histórica culturalista susceptible de
múltiples lecturas.
Es miembro del
Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la UNESCO y Doctor Honoris Causa por
treinta y ocho universidades de todo el mundo.
En el 2000 recibió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Es caballero de la Legión de Honor francesa, entre
otros nombramientos, y ha sido propuesto en diversas ocasiones para el Premio
Nobel.
EL ORIGEN DEL UNIVERSO Y EL
PENSAMIENTO MÁGICO
Desde que nos comenzamos a preguntar de dónde venimos, se nos
han enseñado diferentes teorías sobre el origen de universo, algunas de ellas
como: que veníamos de esporas provenientes del espacio, el creacionismo divino,
la generación espontánea y el big bang, la más adoptada antes de surgir una
curiosidad por comprobar la verdad, era la del creacionismo divino, donde hay
un dios que crea al hombre y a la mujer, pero al surgir la duda nace la
ciencia, los hombres quieren comprobar y van adoptando teorías que son más
probables y que a pesar que desconocen el proceso completo de cómo llegaron a
la conclusión o por qué dio ese resultado, deciden aceptar cosas más lógicas
porque eso les da más seguridad y sobre todo poder.
Es curioso que a pesar de surgir el pensamiento científico y la
lucha por un poder de la verdad, la iglesia y la religión aún no hayan
desaparecido, y esto es porque aunque el razonamiento nos ha permitido avanzar,
crear, y conocer, éste no abarca y no puede resolver todo, hay cosas que no se logran
explicar aun y se las atribuyen a que existe un dios, aunque los científicos
estén en contra de esto, mientras no puedan comprobarlo tienen que aceptar la
idea de que existe otro tipo de magia diferente y aún más fuerte que la
tecnología, el poder divino.
La tecnología también ha tomado lugar en esta lucha de poderes,
sin embargo es un arma de doble filo, sus principios pueden estar basados en
“mejorar” la calidad de vida del ser vivo, pero se ha visto que sus principales
usos han sido destructivos, como la bomba de Hiroshima, todo tipo de armas que
se han creado para obtener más poder, entre otras.
Esta magia increíble, considero que se ha salido del control de
cada uno de sus creadores, o sólo consideran un fin y no ven consecuencias, o
quizá la persona que la consume es más inteligente que su propio creador, que
pervierten el fin del objeto.
Es difícil imaginar a un mundo sin la magia instantánea de la
tecnología, las personas creen más en lo que les proporciona lo que quieren
fácilmente, por eso sigue existiendo dios, y la tecnología, dejando de lado a
la ciencia que avanza más lentamente y que en algunas ocasiones no logra
explicar un fenómeno y pierde credibilidad.
Cada vez aumenta más el número de personas interesadas en la
ciencia, pero también crece la tecnología porque es más el número de personas
desesperadas, creo que si los humanos aceptan la tecnología y es algo que no da
explicaciones de cómo surge, entonces podríamos generar nuevas versiones del
origen del universo, sustentarlas en algo un poco “comprobable” y entraríamos a
este juego de poderes, nadie tiene la verdad absoluta, solo estamos jugando a
crear algo más convincente de lo ya existente, para eliminarlo, si los
pensantes creadores de la tecnología usaran su ingenio de esta manera, quizá se
podría reducir esta arma de doble filo, por ejemplo, se crean videojuegos para
la distracción, sin embargo produce un mayor número de chicos violentos, o
deserción escolar, deberían de implementar programas educativos en estos
juegos, pero todo se basa en los intereses de quienes gobiernan al país,
realmente ellos son los que tienen el poder de cambiar los objetivos de la
magia y lo que ésta promete.
Hay que crear nuevos paradigmas más convincentes, que aunque los
resultados sean lentos de obtener, la población esté dispuesta a adoptarlos, o
darle un giro a la tecnología donde se ponga a la par con la ciencia en un
mismo proceso, que la gente no tenga otra opción y recurra a lo que explica un
proceso, creo que cuando la tecnología brinda las cosas tan fácilmente se puede
llegar a un mundo de mediocridad, donde los seres racionales dejen de
cuestionarse, porque si existe un debate de poderes es porque aún existe gente
que cuestiona, pero si se pierden estas personas, la magia nos tendría bajo su
dominio y ahí si se tendría una decadencia de la humanidad.
¿y tú que piensas?
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