miércoles, 23 de octubre de 2013

Esta ocasión traemos a este, tu espacio, una lectura acerca de cuanto ha impactado en nuestras vidas, e incluso en nuestra privacidad, la tecnología. ¿Quién no ha cuidado el acomodar de tal forma los sillones para darle ese centro de atención a la T.V.?... ¿Sabes por qué lo haces?...

Gubern Román, nos hablará de esto...

GUBERN ROMAN

Nació en Barcelona en 1934. Crítico y guionista cinematógrafo.
Es una de las figuras más referentes en el mundo académico de habla hispana en teoría de la imagen y ha publicado textos pioneros en materias como el cine, la televisión y el comic.
Autor de cerca de una cincuentena de libros y de más de 200 artículos académicos, colaborador de un centenar de obras colectivas. Su figura se caracteriza por una formación y trayectoria multidisciplinar, que abarca historia, derecho, teorías de la comunicación, estética, etología y filosofía.

Si bien, la imagen ha sido el eje central de sus estudios, tanto en lo referente a su historia, como a su función social, lenguaje y universo; siguiendo claro está de cerca la evolución de los lenguajes comunicativos y el papel de las nuevas tecnologías.



La hogarotica y las estrategias del erotismo

En el 2025 dos tercios de la población del planeta vivirán en ciudades, encabezando el ranking  demográfico Tokio, seguida de Sau Paulo, Nueva York, México D.F, Bombay y Shanghai.
Pero en cambio nos encontramos ante una paradoja porque al mismo tiempo que las grandes ciudades están padeciendo un fenómeno como polos de atracción migratoria, padecen tendencias centrifugas, con las clases acomodadas que buscan instalarse en sus periferias tranquilas y bien equipadas.  De manera que la sociedad de la desmasificación de la burguesía convive crudamente con la sociedad de la masificación y del anonimato.
Citemos ahora el publicista Ernst Dichter quien menciona metafóricamente al hogar actual como una “cueva aterciopelada”; un espacio en donde la distribución de los sillones se ha de efectuar de tal modo que encaren cómodamente al televisor y los muebles de acomodan evitando que se interpongan entre la mirada de los usuarios televisivos y la pantalla.
Con esto, el entorno se ha convertido en algo tan importante en nuestra sociedad de imagen y electrodomésticos que habría como lo menciona el autor que introducir el verbo entonizar para la designación de la actividad de los especialistas de la imagen y diseño, responsables por cierto, de esta nueva biosfera artificial que el ciudadano moderno ha creado para buscar un reemplazo de la biosfera natural y silvestre.
Si bien; “la casa automatizada que constituye en realidad una casa cableada y parabolizada de la era informática, en la que todo funciona con un mando de distancia no está diseñada a la medida de una persona normal, sino a la de un tetrapléjico o disminuido físico.” Gubern R.

Es así de acuerdo al autor como se ha ido forjando el larocentrismo postindustrial, con su territoriedad narcisista “ protegida” por medios electrónicos. Tras la revolución del teléfono que permitió hablar  con todo el mundo sin salir de casa (y habría que enfatizar tan tremendo impacto) llego el receptor de radio privado y luego el tocadiscos…y tras esto llego el televisor y con el la versión de la era digital. 
Estas tecnologías culturales privadas eran descendientes de los libros, primer instrumento cultural de uso individualizado y privado. Pero las tecnologías culturales de la privacidad irrumpieron proveyendo un estatus social distinguido a sus propietarios, esta irrupción obedecía una razón, pues para las industrias del hardware y de software resultaba mas beneficioso y rentable la venta masiva de sus productos a muchos consumidores individuales que su consuno colectivo.
Veamos el impacto de la tecnologías en un números, se tiene que en España en 1999 el 99.5% de los hogares contaba con un televisor y el 60% de ellos con dos aparatos mas. No es de sorprender que este modelo de vida cotidiana basado en claustrofilia domestica autosuficiente (por el efecto que los aparatos , al parecer fetiches causan en nosotros) puede llegar a ser psicológica y socialmente patológico.  Hoy en dia, el exterior es percibido como selva peligrosa, espacio de crimen, inseguridad, este comportamiento denominado como agorafobia social (diferente de agorafobia clínica) tiene raíces ideológicas y sociales elitistas, como prolongación de comportamientos aristocráticos y como manifestación de aversión al extraño. A lo sobresaliente de esta bifurcación puede dividirse al espacio en tres categorías de acuerdo con Humphrey Osmond : centrípeto  como el espacio domestico autosuficiente, sociopeto como el de una discoteca   y sociofugos  como el de los aeropuertos y estaciones ferroviarias.
Para explicar el ideal de claustrofilia doméstica se exponen razones de orden biológica: por ejemplo, se tiene el caso de el imperativo territorial que esta inscrito genéticamente en el cerebro reptiliano (hace 200 millones de años) y que el hombre todavía conserva en la formación reticular mesoencefalica, el mesoencefalo y las formación de la base del cerebro. Por tanto; el hombre, es un ser territorial que asocia la idea de seguridad a un territorio propio , de solamente su pertenencia.
Esta territoriedad ha sido bien estudiada en los chimpancés que se organizan en grupos cerrados  en donde los machos tienen un papel dominante sobre las hembras y los jóvenes controlan y defienden los limites de su territorio. Cuando en sus recorridos descubren nidos abandonados de chimpancés extraños, los olfatean para su posterior destrucción, claro que los ejemplares intrusos son atacados salvajemente hasta producirles la muerte.
Lleguemos pues al hombre, en quien el imperativo territorial se nutre de elementos simbólicos y es, prácticamente una creación biocultural. En primer lugar recodemos que los animales viven arrinconados en sus nichos ecológicos adecuados para cada especie, en cambio el hombre se distingue por haberse ya distribuido por toda la superficie del planeta.  El origen de este simbólico concepto de territorio se formalizo en el neolítico, con la emergencia de la agricultura y del poblado estable.  Con esto se empezaron a formar las primeras ciudades y con etas la distinción entre el espacio interior y el exterior.
Pero en el siglo XX esta distinción se amplifico a través de las políticas de la comunicación y del ocio, pues en la esfera privada resaltan valores como  la terrotorialidad, la protección, la seguridad, el refugio y la introversión mientras que  en la ritualidad neotribial del ocio encontramos al circo, el teatro, el cine, la discoteca, el bar..la interacción personal.
Pero dentro de este estilo de vida rodeado de tecnología y aparatos, encontramos la fitofilia  que se usa para designar la afición del hombre urbano a rodearse en sus casas de plantas y flores de adorno que no expresan mas que la nostalgia del biotipo primigenio perdido.
Pero además de esta tendencia tenemos a la vista los llamados singles, pues aproximadamente hoy en dia un tercio de las viviendas de Nueva York están habitadas por una sola persona. Asi como el 24% de los suecos, también lo son.  Con estos hechos se verifica que le ideal claustrofilico constituye un obstáculo severo para la socialización y el establecimiento de relaciones afectivas. ..”la comunidad sin proximidad física ni emocional convierte a la sociedad en un desierto lleno de gente” Gubern R.
Tenemos entonces al nuevo HOMO OTIOSUS que tiene a sustituir la comunicación sensorio-afectiva por la comunicación meramente informativa con 8 horas ante la pantalla y luego 3 o 4 ante la pantalla del televisor. De lo anterior, se tiene evidencias cuantificables; según un estudio del Instituto Nacional de Estadística francés desde 1983 a 1997 las conversaciones directas de los ciudadanos con sus vecinos descendió un 26%, las charlas con amigos el 17%, con los compañeros de trabajo 12% y con los miembros de la familia 7%.  (El país, 14 de abril de 1998)

LAS ESTRATEGIAS DEL EROTISMO
El homínido que nos precedió en el proceso evolutivo practicaba la copula montando a la hembra por detrás. El cito frontal fue definitivamente una innovación importante que data por lo menos de hace  300.000 años. El coito frontal supuso importantes ventajas adaptativas, pues permitió una mayor extensión de contacto corporal, aporto el estímulo emocional de contemplar el rostro de la pareja durante el coito y mayor contacto del cuerpo. Permitió el invento del beso, otra innovación humana que tendría un futuro brillante.
De acuerdo con el antropólogo Owen Lovejoy, el bipedismo fue consecuencia de la necesidad de la hembra de sostener y llevar mas fácilmente a sus crías. Pero la marcha de esta manera también tuvo el efecto erótico negativo de ocultar la vulva a la mirada frontal y entonces se tiene la teoría de que el desarrollo de los pechos femeninos constituyo dos simulacros eróticos  de las nalgas en la zona frontal. Aunado a esto, se dice que la costumbre femenina de pintarse los labios constituye una evocación estimulante de la abertura vaginal.
Pero pasando a la instauración de una vida en familia, se tiene que a partir de la división del trabajo donde el macho buscaba comida y la hembra cuidaba a las crías; así es como se explica que la musculatura torácica y de las extremidades del macho se desarrollaran más ,así como su capacidad cerebral para procesar información visual. Pero esto no era suficiente, aparte del desarrollo biológico del cuerpo para que esta división del trabajo tuviera éxito hacía falta garantías…de que los machos alimentaban en verdad a sus crías y de las hembras tener la certeza de que el macho no alimentaba a las crías de otra hembra así que de acuerdo con  Gubern   esto llevó a la relación de pareja estable, la cual se tenía que fortalecer mediante la gratificación sexual permanente.


Esto es un punto importante pues pasaría a modificar la sexualidad femenina, porque “ ya no podía ser receptiva solo en las épocas de celo, sino que ahora tenía que caracterizarse por su receptividad sexual. El aparato femenino se adaptó a tal necesidad y por eso su clítoris tiene una inervación más rica y densa que el pene para proporcionarle mayor gratificación sexual”
Un punto en desventaja entre grandes comillas de la mujer es que tiene una vida reproductiva mucho más breve que el hombre. La mujer produce un ovulo una vez al mes y, al quedar embarazada, su fertilidad queda cancelada durante nueve meses, mientras que el padre puede fecundar a otras mujeres durante ese periodo.

Si bien, en occidente el número de divorcios indica que el ser humano tiende a sucesivas relaciones monógamas justificada por la necesidad de dar una mayor combinación genética.
Es cierto que esto difiere de pasar como bueno o malo dependiendo de la cultura, pero en nuestro contexto lo normal es que en  la pareja erótica debe producirse una cooperación activa y eficaz entre sus dos miembros.
Hablando de esto, en la aproximación sexual las feromonas tienen una función esencial, función que hoy dia ya no es tan válida puesto que en el mercado existen un sinfín de marcas de jabones, desodorantes, perfumes, cremas que han reprimido drásticamente el sistema señalizador de los olores corporales naturales, por o que otros estímulos han tenido que salir más a la luz…por ejemplo. Los visuales, lo que nos lleva a su vez al tema de la pornografía.
La pornografía se desarrolló como negocio para estimular la sexualidad masculina.  Se sabe que las imágenes que mas anclan la atención del hombre son los desnudos erotizados y las escenas de muerte violenta.
De aquí que el cine pornográfico nación en la clandestinidad de los burdeles, films que era llamados SMOKERS ,que por supuesto eran “prohibidos”  fué en 1918 cuando se despenalizo la pornografía en muchos países occidentales. El cine pornográfico nacía de una lógica rigurosa e implacable, generada por las frustraciones implícitas en el cine de ficción tradicional….en pocas palabras, el cine porno fue un acto de liberación contra una obvia censura social.
En realidad el cine porno no es otra cosa más que un documental sobre la erección, la felación, el coito vaginal, el coito anal y el orgasmo. Y el público está dispuesto a pagar no para contemplar tan estado de arte sino para deleitarse con la razón de ser del género.
Dentro de las grabaciones se puede observar que el orgasmo masculino constituye un momento culminante de estos documentales. Y como la eyaculación tiene que ser visible para el espectador tiene que efectuarse de diferentes formas fuera de la vagina como puede ser  en la cara del rostro de la actriz, lo que por cierto, supone un acto de dominio del varón.
Pero hagamos esto mas interesante, pues es turno del orgasmo femenino, ese orgasmo que puede ser fingido, expresado por la convulsión del cuerpo, del rostro y de la voz….bueno por lo menos la actriz resulta mas favorecida que los hombres, quienes por mas que quieran, no podrían fingir su orgasmo.
Si bien, en el orgasmo femenino la expresión dislocada del rostro constituye durante el orgasmo la superficie mas reveladora de las emociones, por eso querido amigo es que en las películas porno,  la focalización de las cámaras se orienta reiteradamente hacia dos protagonistas: no! No son los actores que tienen sexo sino los rostros y los  de ellos ;)
Y con ese punto concluimos este texto; actualmente la posición cultural ante el porno suele ser menos apasionante, sobre todo desde que se hizo obvio que existe una pornografía de mal calidad y otra de buena, como todos los géneros audiovisuales.
Si bien, el autor nos ha llevado a ver todo parte del entorno de forma distinta. Ahora te invitamos a reflexionar acerca de esto.
Ahora la próxima vez que salgas a tomar un café con tus amigos puedes ampliar tu tema de conversación, claro…si les gusta el porno o saber acerca de la imagen del orgasmo. O bien, podrías solo comentar acerca de que leíste un blog que te hizo pensar tu forma actual de considerar el exterior como agresivo cuando en realidad, es la tecnología misma la que te ha alejado de èl.
 Recuerda que  uno de los pasos del éxito es siempre cambiar de enfoque y una vez que ya lo tengas…cámbialo de nuevo.

Referencia.

Gubern,R.(2000). La hogarotica y las estrategias del erotismo en El eros electronico, Madrid. Ed. Santillana. 155-186












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